Ando ausente. Parece que las palabras no están en su mejor fase para salir. Están más para oxigenarme el espíritu y dejarme en un estado de contemplación, de atención y para sumergirme en mis propios pensamientos. Parece que lo que sucede en el mundo exterior viene en flashback…historias que ya vi, oí, viví. Las mismas anécdotas. Las mismas historias. Los mismos errores. Errores que siempre vuelven como un bumerang que aunque ya todo el mundo sabe exactamente dónde va a caer continúan esperando que coja otro rumbo. Ilusiones de un mundo irreal que la mayoría decidió aceptar como válido. Lo mejor que se puede hacer en tiempos así, es instalarnos en el bunker literario para ver otros mundos, otras historias.
En mi bolsa, The Master and Margarita. Un libro maravilloso que hace tiempo quería leer, pero por cuestiones de orden (y disciplina) sólo pude leer ahora. Si hay algo que me gusta en este mundo, es la música y la literatura. Cuando supe hace ya unos años que una de los himnos del rock and roll, Sympathy for the Devil, fue la inspiración que Mick Jagger tuvo para escribir la letra, me propuse leerlo. Ahora que lo estoy leyendo entiendo que no fue sólo una inspiración, fue casi una copia! Bueno, imagino que en 1967 cuando Mick escribió esta música, había leído The Master and Margarita. La introducción “Please allow me to introduce myself” es tan fuerte en Sympathy como en The Master. Brillante!
Pero este no es un libro que se lee así no más. Es un libro para saborearlo y saciarse con la explosión de sabores que Mikhail Bulgakov nos regaló antes de morirse. Tremendo regalo para el mundo! Una obra prima que fue escrita en los más terribles años del régimen Leninista (1928, 1929), donde la creatividad era prohibida, la colectividad era forzada y el ser contra el régimen se pagaba caro, muchas veces con el olvido. Los grandes autores sobreviven a todas las tormentas. No fue diferente para Bulgakov. The Master and Margarita es una clase de literatura, de creatividad, de humanismo, de deber como ciudadano y como humano. Por veces uno se pregunta: “Es malo el pecado? Es buena la bondad? Cómo se comunican una con la otra?” Cosas que Bulgakov observaba en su reino de Moscú, donde la sociedad más parecía un circo que una ciudad.
You pronounced your words as if you refuse to acknowledge the existence of either shadows or evil. But would you kindly ponder this question: What would your good do if evil didn’t exist, and what would the earth look like if all the shadows disappeared? After all, shadows are cast by things and people. Here is the shadow of my sword. But shadows also come from trees and from living beings. Do you want to strip the earth of all trees and living things just because of your fantasy of enjoying naked light? You’re stupid.